viernes, septiembre 19, 2008

2 minutos al día 

(19/09/2008, Hondarrbia)

El problema de decir que en breve tendré algo que decir es que en un plazo razonable tienes que escribir algo, sino los pocos lectores que aún esperan algo de ti se sienten decepcionados y dejan de interesarse por lo que escribes... ¿estaré a tiempo de que eso no ocurra?

 Y no es que no tenga nada que decir, todo lo contrario, pero la tarea de dar forma a mil y un micro-razonamientos desordenados sobre la vida se vuelve complicada cuando el tiempo libre escasea... , pero, ¿acaso si tuviera más tiempo libre escribiría más?

 Sin tiempo libre ando pensando qué haré cuándo tenga más tiempo para mi, ¿cómo será ese viaje que viene?, ¿qué haré?, ¿qué continentes abarcará? y sobre todo, ¿vendrá Enara conmigo?, ¿debería pensar en todo lo anterior antes de saber su decisión?, ¿cómo sería un viaje en democracia?

 Por ahora me doy cuenta de que no puedo seguir cómo estoy ya que no estoy ni dónde quiero, ni haciendo lo que siento que debo hacer, después de 6 años fuera de casa volver fue una situación de excepción que ya repito por tercera y última vez, ¿dónde está la libertad por la que siempre he luchado? ¿acaso no puedo parar algo antes y buscarme la vida en cualquier lugar del mundo?

 Servir mesas en un restaurante es algo que no se me da mal pero a lo que no aspiro, si, sin embargo, a viajar, aprender, descubrir el mundo y a encontrar a esos habitantes que poco a poco lo hacen volver a sus cabales, incluso aspiro a convertirme en uno de ellos, a vivir una vida llena de inquietudes cumplidas y hechos más que sueños, ojalá se diga de mi lo mismo que dice la lápida de Forbes, “vivió mientras estaba vivo”...

 Vivir entre el sueño y el trabajo, semana tras semana esperando el día y medio libre que no da para mucho más que descansar del duro ciclo sin fin de un trabajo monótono y siempre igual... ¿vivir realizando el mismo trabajo día tras día, mes tras mes, y año tras año puede ser comparable a algo tan amplio cómo la vida?, tiene que haber otro medio para conseguir los recursos necesarios para vivir acorde a lo que podemos llegar a vivir...

Me siento bobo y orgulloso al mismo tiempo abriendo todas las mañanas la tapa del compostador que tenemos debajo de casa, acto seguido pienso... “necesita más material seco” y con una mirada de refilón a los árboles y al cielo espero que el otoño haga caer las hojas para tener ese material seco que necesita el compostador...

Esos escasos 2 minutos del día me hacen sentir más ligado a esta tierra regida por ciclos metereológicos tan diversos, a esa naturaleza que parece hemos dejado de tener en consideración para centrarnos en el materialista modo de vida occidental, esos 2 minutos me hacen recordar que no puedo seguir siendo parte/ engranaje de la maquinaria que nos aleja cada día más de lo que somos, de la naturaleza...

De pronto, como si despertase, me doy cuenta de que no puedo ir al trabajo pensando que no me gusta, me convenzo a mi mismo de que es solo por un tiempo y me dejo sumergir en la rutina de un día que podría confundir con cualquier otro...

 Por eso los cambios que vienen han de ser mucho más trascendentes si cabe que los anteriores, la vida ha de adquirir otra dimensión y profundidad..., como cúmulo de principios personales a cumplir hay que cerrar un ciclo para abrir otro lo más respetuoso con la naturaleza posible y totalmente lleno de vida... ¿será posible eso en democracia?

viernes, septiembre 05, 2008

¡Un momento por favor!


En breve tendré algo que decir...