miércoles, noviembre 26, 2008


Una vez en el desierto

(26/11/2008, Hondarribia)

Recuerdo todo aquello casi como un sueño, como si casi no formara parte de mi memoria, integrado en mi consciencia y nubloso en el recuerdo... Llevaba poco más de un mes en mi viaje por África y aún no había salido de las tierras del islam, había tenido alguna buena experiencia en Egipto pero fué en Sudán cuando las vacaciones empezaron a parecer un gran viaje. Solo hay un medio de comunicación “terrestre” entre Egipto y Sudan, y éste navega por lago Nasser en dirección sur solamente una vez por semana, para mi mente la primera frontera fue el principio oficial del viaje.

Esperaba mi turno para la entrevista con el servicio secreto sudanés, deseando dejar aquel ferry en el que había pasado la noche en sus bodegas bien acogido por mis compañeros de tercera clase, cansado por haber dormido entre tantos en un banco descubrí que no era el único extranjero del barco, en los camarotes de primera esperaba también su turno Tadahiro Matsubara, el introvertido japonés que pasaría a ser mi compañero de viaje en Sudán y primeros días en Etiopía.

Unos días antes en Aswan conocí a un barquero Sudanés quien me contó que era procedente de Wadi Halfa y no paró de exaltar la belleza de su lugar de origen, animado por ello había decidido quedarme una noche antes de continuar el camino, pero una vez conseguido y pagado el alojamiento nos enteramos de que no habría transporte al sur hasta dentro de tres días, por suerte logramos comprar las últimas plazas del último bus a Jartoum que partiría en breve, no habría otro en 3 días.

No hay carretera asfaltada al sur de Wadi Halfa y los primeros cientos de kilometros se hacen por las rutas del desierto, se hizo de noche deprisa y la arena engullía alguna de las ruedas gemelas a cada rato haciéndonos salir y correr detrás del bus una vez recuperaba la tracción.

Llegamos a un lugar, un pueblo con cuatro casas de adobe en medio del desierto en el que encendieron un par de lámparas de gas cuando llegamos, extendieron unas alfombras sobre la arena ya húmeda como la noche, y al calor del té de menta, lo único que vendían en aquel humilde lugar, algunos de los viajeros se empezaron a interesar por mí, Tadahiro se encontraba lejos aprovechando la horizontalidad del terreno para dormir un poco estirado.

Me sorprendió gratamente escuchar lo que aquel viajante me preguntaba y me contaba sobre su vida, comprendía y respetaba la voluntad de vivir al rededor del mundo, le parecía natural pues en su cultura era norma común, me demostró la vocación filosófica de la cultura árabe, el respeto con que corresponden a quienes les respetan y la ayuda siempre dispuesta a viajeros en tierras desconocidas.

Era una sensación mágica, de cuento de las mil y una noches, me encontraba en medio del desierto, de noche y camino a ninguna parte bajo una manta de estrellas, hablando del mundo más allá del desierto, más allá del islam, de occidente, en una conversación entre culturas y sobre culturas, entre seres humanos...

Puede que con el tiempo olvide aquella noche como olvidé muchas otras, pero esa noche integra parte de mi carácter, no sería hoy quién soy si no hubiera vivido aquella noche, si no hubiera hecho aquel viaje que me llevó por el desierto, por sabanas, lagos y tierras montañosas... No sería el mismo si no hubiera estado hasta las 5 de la mañana buscando hotel entre las calles de Jartoum convenciendo a los militares armados que vigilaban el toque de queda de que solo buscaba un hotel económico.

Son noches que me han marcado, que me demostraron quién soy, cuáles son mis actitudes y mis virtudes a pesar de mis defectos, a saber que mi camino por este mundo es aún mucho más largo y que encontraré humanidad y virtudes en cada una de las culturas que me acogerán.....

2 Comments:

Blogger Unknown said...

Hola que tal, escoja disculpa pero quiero hacerte una pregunta a ti Xabi mendizabal. Y aquí va el relato?
No se si tu recuerdes en unas de tus aventuras sobre el mundo estuviste de visita sobre Suramérica exactamente en Ecuador y tu te encontrabas en montanita y un día por la mañana paseabas serca de la playa y tu trayectos te encontrastes a tres personas campando en unas carpAs todos eran amigos y te chistes con nosotros a conocer unas maravilla de la naturaleza te llevamos al pailos del diablo al manto de la novia algunas cascadas mas soy nexar te cuento que estoy por espana SAludo viajero

7:08 p. m.  
Blogger Xabier Mendizabal said...

Hey Nexar!
Escríbeme a granrevolucion@yahoo.es, por dónde andas?
Un abrazo!

11:20 a. m.  

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