jueves, mayo 10, 2007

Un dia en camello por el gran mar de arena

(10/05/2007, Siwa, Egypt)
Me acuesto pronto pensando en que al dia siguiente me espera una dura jornada en camello por el desierto, aunque no las tengo todas con migo ya que el viento esta soplando fuerte y no paran de estrellarse contra la ventana rafagas de viento y arena, lo unico que espero es que la tormenta amaine y no se cancele el paseo en camello...
La manana amanece igual y mis dudas sobre si se cancelara o no siguen en pie, casi en ese momento lo prefiero ya que en mis suenos siempre habia imaginado el desierto bajo un sol de infierno y la noche a la luz de una manta de estrellas claras como bombillas. Todo lo contrario, hace mal tiempo, sobre todo sopla mucho viento, y eso les da igual a los de la agencia, me dicen que en una hora amainara y que brillara el sol, que no me preocupe...
Me llevan hasta las afueras de Siwa (diciendolo asi parace un pueblo grande y todo...) a un hotel del mismo propietario que la agencia de viajes, me hacen esperar y mientras tanto me ensenan las instalaciones del hotel, un pequeno barrio de bungalows de adobe con todo el encanto de lo irreal, un arrollo, una piscina al aire libre, el restaurante y un salon de masajes, 60$ la habitacion simple, 72 la doble, todo lo que yo no necesito.
Seguia soplando el viento con fuerza y yo todavia no acababa de creerme que con ese tiempo fuesemos a salir al desierto, pero todos me decian que no me preocupase, yo con mis dudas dejaba que pasasen las cosas. Y las cosas pasaron, aparecio el camellero, me subi por primera vez a un camello y al rato no veia nada mas que arena a mi alrededor, no se veia mas alla de 50 metros y sin embargo todo lo que me rodeaba se veia nitido, por lo menos lo que podia vez ya que el viento estrellaba continuamente arena contra nosotros, contra la cara, contra los ojos.
Fue pasando el rato e imitando al camellero logre que no me hiciese dano la silla que tanto me destrozo la primera hora, la jornada iba pasando, parecia que a los camellos no les importaba mucho eso del viento y la arena, seguian sigilosos paso a paso, primero la pata trasera hasta que parece que va a chocar con la delantera, esta rapida avanza, la trasera del otro lado sigue con el proceso, es como si no moviesen ninguna de las patas a la vez, arriba y a abajo el cuerpo acompanaba el movimiento mejor cuando no pretendias ser consciente de los movimientos correctos que te llevaban a la ausencia de dolor, cruzando las piernas y cambiando de postura de vez en cuando siempre un poco echado para delante...
Salimos a las 11, me dijeron que a las 8 el camapanento y la autentica cena bereber estarian listos, con esa idea sali confiado con el camellero que para mis adentros y en mi imaginacion seria un autentico bereber autoctono de la zona, todo un experto, me decia. Lastima que no hablase si palabra de ingles, le podria haber preguntado todo eso y mantener conversaciones interesantes acerca del desierto y sus habitantes, sin embargo en todo el dia y la noche no intercambiamos mas de tres o cuatro palabras.
La manana paso sin mas complicaciones que las de coger la postura adecuada, mi camello iba atado al suyo y no tenia que hacer nada mas que dejarme llevar, el viento soplaba con fuerza, pero lo poco, o mucho que podia vez eran escenarios impresionantes, dunas de arena en movimiento, el viento corriendo por el suelo arrastrando la arena creando sinuosos trazados,...
Duna arriba, duna abajo llegamos a una gran formacion rocosa donde paramos y atamos los camellos, llego la hora de comer y me dio unos pequenos bocadillos tristes de carne (el dia anterior les habia dicho que era vegetariano), un poco de fruta, un pastelito y un botellin de agua, por suerte la fruta y el pastelito me fue suficiente. No paramos mucho rato, no eran codiciones para estar ahi a merced del viento y procedimos el camino durante horas pasando por dunas, explanadas rocosas y mas dunas de nuevo.
Serian las 6 y nos encontramos a lo alto de una gran duna, veo que el camellero anda buscando la forma de bajar direccion sur, y del este al oeste, del oeste al este recorremos la gran duna sin encontrar la forma de bajar, de pronto cambia de idea y se dirige al norte, luego al este, al oeste, otra vez al norte,... , cambiaba de idea a cada rato, se le veia perdido y sin mucha intencion de mantener un mismo rumbo mucho tiempo.
Llevabamos muchas horas a lomos del camello y el cuerpo falto de costumbre me estaba haciendo pasar factura, habia desconectado un rato hasta que me di cuenta de lo que estaba pasando, me empece a cabrear, para mis adentros por supuesto, no servia exteriorizar nada, cualquier cosa que le digese no la habria entendido, y al fin y al cabo estaba totalmente a su merced, en ese medio tan desconcido como ostil para mi, que mas remedio me tocaba que confiar en la providencia y en el buen hacer de mi acompanante?
La tension y el cabreo me hicieron desconectar del dolor y de mi cuerpo, encontramos las hueyas de un coche y las seguimos primero a un sentido y luego al otro, ironicamente fueron las horas en las que mejor fui en camello, serian las 8, la hora de la cena, y nosotros seguiamos perdidos dando vueltas a las mismas dunas como tontos, oscurecia y me veia pasando la noche en cualquiera de las rocas que ibamos pasando, ahi a la intemperie sin cenar y "acariciados" por el viento.
Oscurecia y todo se veia en un reliebe impresionante, la luz tenue y magnifica acariciaba las dunas, por lo menos y despues de tantas horas eso mereceria la pena, casi oscureciendo sono el telefono, si, habia covertura, el camellero discutio por largo rato pero acabo por ponerse de acuerdo con quien fuese que estuviese al otro lado.
Aparecio un coche de la agencia por la que habia contratado al camellero, hablaron un poco y nos fue marcando el camino por un desierto cada vez mas oscuro en el que por suerte se veia lo suficiente, nos habiamos desviado muchisimo y recorrimos kilometros casi al trote chocando a cada zancada del aminal con el duro asiento de madera, ahi no sabes cual es el movimiento correcto, te duele el culo, la espalda, el cuello y las piernas, y solo piensas en lo bien que podrias ir en el coche, para mi me decia que como se habia perdido y se habia hecho tarde mejor si ibamos al hotel...
Pero no, un trato es un trato y aqui todo se cumple a pesar de cualquier circunstancia, y yo seguia dejandome llevar sin saber muy bien si decir nada a aquel hombre serviria de algo, dejaba que los acontecimientos ocurriesen deseando ir para el hotel y acabar con todo esto, andubimos de noche hasta pasadas las 9, por entonces llevabamos 10 horas en camello, llegamos al lugar y no habia ninguna tiendo montada, la autentica cena bereber se trataba de mas bocadillos, mas fruta y un poco mas de agua, por lo menos esta vez los bocadillos eran de queso, tuvimos que cenar y montar la tienda a la luz del movil ayudados a que por suerte no habia casi viento en ese momento.
Una vez cenados me meti en la tienda, el decia por gestos que preferia bajo el cielo, pero al rato empezo a soplar el viento como no lo habia hecho durante todo el dia, entraba arena en la tienda y me arropaba empujada por el viento retorciendo la tienda casi tumbandola, empece a llamar al camellero para que entrara pero no me hacia caso, parecia que preferia cuidar de los camellos, a las 3 horas de tormenta, como a las 12, les volvio a atar las sillas y se decidio a entrar, pasamos la noche como pudimos tapandonos la cara para protegernos de la arena que entraba, yo arrinconado a mi esquina, el acurrucado en la otra.
Yo dormi menos que el, estaba despierto mientras el roncaba a pierna suelta, pero intuyo cuando mas o menos me queria levantar y se puso en marcha, desayunamos un poco las sobras del dia anterior y regresamos al hotel, habiamos pasado la noche cerca y no tardamos mas de media hora, yo pensando en los absurdo que resultaba dormir en esas condiciones estando tan cerca del hotel, todo me parecia muy irreal.
Mientras bajabamos empezo a preguntarme cosas, lo tipico, como me llamo, si es la primera vez en Egipto, en Siwa, y si he visitado Aswan, total que el tipo era de Aswan, de la otra punta del pais en el valle del Nilo justo en la frontera con Sudan, y yo que habia empezado a creer que sabia donde estaba, pensaba darle una propina extra por la mala noche, y va y me dice lo justo para que me diese cuenta de que en realidad si que nos habiamos perdido en el desierto, por supuesto, acaricie un poco al camello, le di las gracias y me despedi cortesmente.
Serian las 7 de la manana y en el hotel, a las afueras, no habia nadie que puediera llevarme a mi hotel del centro, pase de esperar y me fui andando pensando en el riesgo que habiamos pasado por una excursion de un dia, de la locura de no cancelar un simple tour, una pantomima, a pesar de tener todas las circunstancias en contra, no es lo mismo un tour a una travesia, no se trata de pasarlo mal cuando pagas por dar un paseo y pasar la noche bajo las estrellas, me da que pensar...
Llego al pueblo, compro un poco de champu y me quito toda la arena del cuerpo y la ropa, una ducha y cinco horas mas de sueno, casi no me puedo levantar de puro dolor, de duele todo el cuerpo pero tengo hambre y me voy a comer algo...

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